8.1.08

Zeleznik: Harina de otro costal


Como ya referí en este mismo blog hace un tiempo creo que el trabajo del baloncesto en la cantera no pasa precisamente por su mejor estado. Corroborando lo dicho, asistí a presenciar una edición más del prestigioso torneo junior de l'Hospitalet (algún día haré un ranking de los mejores jugadores que he visto en las 10 ediciones últimas) donde se dan cita algunas de las potencias baloncestísticas del continente y que, desde mi punto de vista, año tras año va perdiendo el nivel de manera considerable. En esta edición pude ver varias cosas: la internacionalización de las canteras españolas (a excepción del Estudiantes todos los equipos tenían extranjeros, bien balcánicos como el Madrid, africanos como el FC Barcelona, o del Este como Pamesa y Joventut), y la escasedad de jugadores de talento puro, es decir, habían buenos jugadores de equipo (Lorenzo de Unicaja, ojo con este tipo, Hernández del Barça, Rakocevic del Madrid) y jugadores "resultones" para competir en junior, pero una escasedad de jugadores de talento algo alarmante (los únicos de auténtico talento desbordante apreciados por mi persona fueron Mirotic del Madrid, Franch de la Penya y Cárdenas de Cajasol). A nivel de juego poquita cosa: individualidades (y no descollantes como ya he dicho), escasa lectura de juego, y como elemento deslumbrante un equipo y una noción del baloncesto a años luz de la que tenemos en España: la del FMP Zeleznik, campeón por segundo año consecutivo.
El equipo de Belgrado, caracterizado en los últimos años por haberse convertido en la mejor cantera balcánica y por ende europea, llegaba a Hospitalet con una doble misión: afrontar la ausencia de su mejor y más determinante jugador (el MVP del Europeo cadete Dejan Musli), e igualar la imagen del anterior equipo campeón encabezado por Milan Macvan. Así pues, y sin demasiados nombres a excepción de los internacionales Subotic, Djekic, Vukasovic y Punjasovic, a los serbios se les presentaba un reto que resolvieron con un título. El equipo del Zeleznik jugó a otro nivel, no tenía a ningún jugador estelar como el año pasado (Macvan) y a falta de éste desarrolló un baloncesto sensacional, rapidísimo, con un equilibrio excelente entre el juego interior y el exterior, con una férrea defensa y con una facultad de llevar el balón de un lado al otro de la pista sin más botes que los imprescindibles. Los jugadores serbios, dejando de lado sus excepcionales condiciones físicas, presentaron unos fundamentos depurados, y lo que es más importante, sabían precisamente en que momento aplicarlos a la perfección. No cometieron un tiro precipitado, no forzaron un 1x1 fuera de lugar y no bajaron los brazos en ningún momento. Los únicos momentos en los que el equipo bajó su inalcanzable nivel se produjeron en ciertos momentos de las semis y la final (ante Madrid y Barça respectivamente) cuando la mayoría de los jugadores buscaban por la pista a un Musli que se ejercitaba en Serbia, a miles de kilómetros, con el primer equipo. No saldrán grandes jugadores de este equipo pero si muy buenos obreros del basket, jugadores con oficio, jugadores de equipo, de esa clase media que cada día parece menos presente en el baloncesto español de alto nivel. El orgullo del Zeleznik, un club que subsiste de vender lo que fabrica en su cantera (y tranquilos, tienen stocks como para colapsar el mercado), son sus equipos de base, sus jugadores, esos que cuida, mima y desarrolla con la experiencia de quien tiene la certeza de estar trabajando con la mejor viña para producir el mejor caldo colorado. El Zeleznik, como ya hicieran en su día Olimpia, Cibona o Partizan, y su método de trabajo debería ser el espejo en el que se intentaran reflejar nuestras canteras, unas canteras cada vez menos rentables y que cada vez aportan menos jugadores a los primeros equipos pese a que se fichen jugadores de los más variopintos lugares.

5.12.07

¿La muerte de la triple amenaza?

Imágenes como la de la derecha, en la que aparece el nugget Alex English (ojo, máximo anotador de los 80 por encima de Bird, Jordan, Blackman, Dantley o Drexler), por desgracia, cada vez pueden verse menos en las canchas de baloncesto ya sea en el deporte formativo o en la élite. Entiendo que los jugadores de baloncesto actuales son mucho mejores a nivel físico que hace unos años y que este deporte está sumido, irremediablemente, en un proceso de aceleración y espectacularidad que no tiene perspectivas, a corto plazo, de finalizar.
Pero la velocidad, que tiende a ser atractiva para la gran mayoría de jugadores, entrenadores y espectadores, tiene sus elementos negativos: cada vez prima más la ejecución rápida de un determinado movimiento por encima de la interpretación de lo que está sucediendo en la pista. El elemento al que hago referencia es el de la triple amenaza (veáse el tener una posición con el balón en las manos desde la cual se pueda generar una acción de dribling, tiro o pase con cierto grado de peligro para la defensa). ¿Cuantas veces hemos visto a un jugador realizar una arrancada rapidísima y perfecta en cuanto a ejecución estrellarse contra una defensa? ¿Nunca habéis visto a un jugador elevarse para lanzar con un correcto gesto técnico y encontrarse que tiene un defensa que le impide en el aire ejecutar el tiro? A esto hago referencia. Cada vez tenemos jugadores más completos y físicamente mejores pero que en la mayoría de casos son incapaces de adaptar sus aptitudes al rapidísimo ritmo de juego actual...eso, y que cada vez los entrenadores estamos descuidando más el factor de la triple amenaza, ese segundo que el jugador debe pasar con el balón en las manos mirando el campo para escoger la situación adecuada, ese segundo que la mayoría de la gente prefiere invertir en un tiro, un pase o una arrancada veloz independientemente de la calidad y precisión de la decisión antes que en el microanálisis de lo que está sucediendo para tomar la elección adecuada al contexto.
Necesitamos volver a potenciar esto. No se trata de retener la fluidez el balón si no trabajar desde la base para que nuestros jugadores sean capaces de interpretar lo que sucede en cancha con el balón en las manos, para que sean igual de peligrosos para la defensa, y en definitva, para que podamos ver a más jugadores como Papaloukas, por ejemplo, poblando nuestras canchas para regocijo de todos.

3.12.07

La triste balada de Sugar Ray


Micheal Ray Richardson tenía todo lo que un jugador de baloncesto sueña tener: unas excelentes cualidades físicas y un talento fuera de lo común para la práctica de nuestro baloncesto. Todo apunta a que ésta es una de esas historias de superación y lucha para alcanzar la cumbre, pero no es así, "Sugar" lo tenía todo, lo dejó escapar, se hundió en las catacumbas y ahí aprendió a disfrutar plenamente de lo que estaba haciendo.
Nacido en el seno de una familia desestructurada en Lubbock (Texas), en 1955, con el resto de su familia, se muda a uno de los peores ghettos de Denver donde su talento no aparece más que con cuentagotas. Richardson era débil de carácter, muy controvertido y no alcanzó cierto nivel baloncestístico hasta su último año de instituto. Tras éste, y para sorpresa de todos, la universidad de Montana le reclutó para su equipo donde no se vio más que timidez y un escaso nivel académico, elementos que quedarían en un segundo plano cuando Sugar decidió crecer como jugador desde la defensa, y de esta guisa se convirtió en uno de los mejores "ladrones" de balones de la NCAA, hecho que iría complementando con una mejora exponencial en ataque gracias a ejercitarse con algunas de las estrellas del equipo ABA de Denver durante sus vacaciones estivales. El resultado fueron sus magníficas dos temporadas finales como universitario que le encumbraron como uno de los mejores bases de la competición y como uno de las elecciones más apetecibles para el draft del '78.
Los Knicks lo escogieron por delante de Larry Bird denominándolo como el succesor de Walt Frazier y la temporada de debut del tímido chaval tejano no decepcionó a nadie siendo el único jugador de la historia capaz de la NBA capaz de promediar más de 10 asistencias y robos por partido (79-80). Todo parecía ir viento en popa: Richardson participó en 3 all-stars entre el 78 y el 82, fue incluído en el equipo defensivo de la liga en dos ocasiones y era un ídolo en la ciudad donde la crítica periodística es más certera y mordaz. Pero dentro de su vida de lujo y éxitos algo no había cambiado en este chaval, seguía siendo muy retraído y la fama le condujo por las oscuras sendas de la droga y el alcohol.
En 1982 los Knicks lo traspasan a los Warriors de Golden State para hacer sitio ante el fichaje de uno de los grandes cañoneros de la NBA Bernard King. Este traspaso a un equipo perdedor no hace más que engancharlo más a la sustancias prohibidas que tampoco abandona en su regreso al Este con el fichaje por los New Jersey Nets. Pero en esta especie de espiral decadente habría espacio para las gestas: Richardson se sobrepuso a su irregular juego y volvió a ser el astro que brilló un día en la Gran Manzana con 20 puntos por partido y siendo el líder absoluto de un equipo mediocre que aspiró a algo más que a caer derrotado cada noche. Sugar fue cálidamente acogido de nuevo en la élite tras su elección para el All-Star de 1985 en Indianapolis hasta el punto de que Isiah Thomas llegó a decir de él que era el único al que verdaderamente temía enfrentarse en toda la liga.
El brillo que adquirió Ricardson en este período de renacimiento estaba basado en el talento puramente ya que los vicios que había adquirido en su estancia en Manhattan seguían presente de manera que en 1986, en el ecuador de la liga, la NBA lo vetó de por vida tras dar positivo en tres controles de cocaína. Fue el primer jugador sancionado por tales motivos y así inició una travesía del desierto que le llevaría a jugar en las ligas menores americanas siendo el primer modelo de ídolo caído del mundo de la canasta.
Nada en el mundo parecía que restituiría el honor de Micheal Ray hasta que una oferta de un club italiano le hizo tomar otra perspectiva del baloncesto y de la vida. Richardson ficharía por la Virtus de Bolonia y allí retomaría papel y lápiz para escribir un nuevo volumen de su leyenda. Era costumbre ver a Sugar recorriendo la pista con 2 o 3 jugadores enganchados a él para evitar que anotara, al entrenador del equipo contrario echándose las manos a la cabeza: Sugar Ray Richardson no era un jugador para Europa, era una estrella absoluta, y sus números cantan por sí solos. En Bolonia conquistaría la Recopa de Europa junto a Messina como técnico, y haría sonar su nombre en toda Europa. En 1992 ficharía por el KK Split, entonces campeón de Europa, y luego mostraría su clase en Livorno, en el Olympique de Antibes y en el Cholet, retirándose con la friolera de 46 años de edad, habiéndose redimido de sus vicios, del lastre que le impidió ser uno de los más grandes, gracias al amor que concentró plenamente en el basket para apartarse de cualquier otra desviación.

Vídeos:
- Mix de Sugar Ray Richardson
- Más de lo mismo

16.11.07

Lo que tú hagas DOO lo hace...


...solo que DOO lo hace mejor>>. Esta era la máxima, segun Magic Johnson, que estaba siempre en la boca del personaje que analizo hoy, el maravilloso Bob McAdoo. Dice también el astro angelino que cuando en las concentraciones o viajes alguien le retaba a algo a nivel deportivo McAdoo siempre alardeaba de que era el mejor ("nunca he cogido una pala de ping-pong pero soy mejor que tú") y pese a que en muchas ocasiones perdió en la primera partida siempre se acababa imponiendo a sus compañeros después de practicar durante horas y días entre viaje y viaje hasta que se diera la oportunidad de restaurar su ego herido.
Pocas veces se ha aunado en una misma figura tanto talento, clase y ansias de superación como en la figura de Robert McAdoo, nacido en Greensboro (N.Carolina, 1951). Pese a que sus inicios no fueron fáciles, ya que tuvo que jugar en el junior college de Vicennes debido a que no había podido obtener unas buenas notas académicas ni una beca deportiva lo suficientemente atractiva, recaló en 1971 en la legendaria universidad de North Carolina, trampolín que le sirvió para alcanzar el nº2 del draft. Sus derechos se los disputaron los Squires de Virginia (ABA) y los Braves de Buffalo (NBA), siendo esta última la elección de Doo. Como al principio de su andadura universitaria el inicio de su carrera profesional sería complicado ya que se tendría que adaptar a la posición de alero pese a su estatura (2.06) y a que su juego no estaba demasiado acostumbrado. Aún así, Doo volvió a sobreponerse a las dificultades y fue merecedor de la distinción de rookie del año con 18 puntos por partido, a partir de entonces, McAdoo se convertiría en un auténtico vendaval estadístico que alcanzó su zénit en la 74-75 (34.5 puntos por partido y 15 rebotes, el último en la historia de la NBA en alcanzar estos números) hecho que le valió el MVP. La falta de potencia de su equipo y sus desmedidas pretensiones económicas (tan solo pretendía igualarse a Julius Erving, el mejor junto a él de toda la competición en su posición) le llevaron a los Knicks, Celtics, Pistons y Nets, en un periplo en el que las continuas lesiones y falta de ambición de las respectivas franquicias en las que jugaba le llevaron a un estado en que muchos criticaron su enorme estancamiento como jugador y su excesivo individualismo.
Con 30 años y con la mayoría de su carrera consumida a McAdoo le llegó la ocasión de su vida al fichar por los Lakers de Magic y Kareem, con ellos y con un rol mucho más secundario, alcanzó dos anillos de campeón en 1982 y 1985 que fueron la recompensa a una carrera tan accidentada e irregular como la suya. En la 85-86 fichó por los Sixers en un infructuoso intento de éstos de alcanzar la final de la NBA y siguió demostrado sus innatas condiciones además de su maravilloso tiro que John Havlicek llegó a calificar como el mejor de la historia "incluso superior al de Jerry West" pese a que solo disputara una decena de partidos por culpa de las lesiones.
Cuando su carrera parecía que tocaba a su fin una tentadora oferta del Tracer Milán italiano le condujo al país de la bota donde impuso su despótico dominio sobre la liga con más de 25 puntos por partido, dos Copas de Europa, dos Ligas y una Copa italiana. Después de esta exitosa etapa aún tendría tiempo para fichar por el Forli y el Fabriano donde seguiría erigiéndose como el más grande pese a contar con más de 40 años.
Más allá de títulos y reconocimientos McAdoo alcanzó lo que debería ser el objetivo de cualquier jugador de cualquier deporte: ser lo mejor que se pueda llegar a ser.

Promedios NBA (14 temp.): 20.07 pts, 9.68 reb.
Promedios Lega (7 temp.): 26.41 pts, 12.7 reb.

Enlaces:
- Vídeo de las series finales del Este de 1974: Celtics - Braves con McAdoo como estrella de estos últimos
- Los 10 jugadores incluídos en el Hall Of Fame de Springfield tras la temporada 2005-06, entre ellos Doo Doo McAdoo


23.10.07

¿INDICIOS PARA LA DEBACLE?

Que el baloncesto español esta de moda, en auge, es un hecho absoluto: la selección asumiendo cotas de popularidad inusuales, con 5 jugadores en la NBA, con unos resultados en categorías inferiores que año tras año nos respaldan como una de las mejores canteras de Europa, con la aparición de unos nuevos ídolos teenagers como el asombroso Ricky Rubio o el espigado Claver, con una medalla de plata en el femenino que nos ha sabido a oro...pero, mi pregunta es ¿aguantará un pequeño país como España este ritmo endiablado baloncestísticamente hablando? Hay una serie de indicios que voy detectando en el baloncesto de base en mi trabajo diario que parece que pueden ser claros indicios de una posible debacle: no, no soy Rappel pero el Imperio Persa y el Asirio cayeron estando en su máxima expresión de poder...

Para empezar comencemos por el niño que sale de la escuela y se va a jugar a baloncesto a un club o a un colegio: cada vez detecto menos ilusión y hambre en estos chavales. Están obsesionados con las tonterías espectaculares made in NBA (sí, esas que perpetran los jugadores a los que el Resto del Mundo les moja la oreja en competiciones internacionales) más que en ser resolutivos y evolucionar. Esto no es nuevo, yo de chaval siempre quería hacer tonterías con el balón en las manos pero con una única diferencia, a mí no me lo permitían y por esa variable tuve que aprender a hacer otras cosas a la vez que en mis horas extras experimentaba con las filigranas prohibidas que tanta satisfacción me producían. Hay poca devoción y poco amor al arte, los muchachos juegan como una opción extraescolar y saludable más que por verdadero fervor baloncestista. Hoy en día el problema tiene bastantes variables, por un lado entrenadores pobremente preparados que no se ganan a los chavales y a los que solo les importa ganar el sábado para su propia satisfacción dejando de lado malos comportamientos de los mejores jugadores, olvidando el indispensable trabajo de técnica individual (bajo el lema de "no queremos robots"), y relegando y sumiendo en el aburrimiento a los menos aptos al papel de "palmeros" (un daño colateral brutal ya que de esta clase acostumbran a salir los que realmente mueven el cotarro: delegados, entrenadores, árbitros...).
Por otro lado están los padres, la misma generación de padres en la cual hay energúmenos capaces de agredir a los educadores de sus hijos para defender sus intereses sean lícitos o no, los mismos que reprenden a los entrenadores por darles una bronca a sus chavales, los mismos que impiden que un jugador entrene más horas porque "después está muy cansado", los mismos que apuntan a sus engendros a este deporte para sacarse faena de encima (es decir, en plan "guardería") y que aún depués exigen minutos a mansalva aún a sabiendas de que la educación de estos deja mucho que desear.
Éstos son detalles que aprecio semana a semana y que van unidos al hecho de que el nivel de juego sea muy inferior al de hace 5 años, por decir algo, y eso que físicamente cada vez hay jugadores mejor dotados para la práctica de este deporte. Jugadores, padres, entrenadores... ¿hay alguién más implicado en todo esto? Naturalmente, los clubes!
Cada vez proliferan más los clubes de nivel amateur que pretenden darle un halo de profesionalidad a su día a día por la mayor inversión de particulares en estas entidades. Cada vez se descuida más el trabajar bien la cantera y se entra en terrenos mucho más pantanosos como son el fichaje de jugadores de otros clubes para incluirlos en proyectos ambiciosos a la par que irrealizables, proyectos que generalmente enfrentan al gran operativo de búsqueda y trabajo de jugadores en categorías inferiores con la política de sus equipos seniors en que unos cuantos jugadores generalmente que no han sido formados por los propios clubes obstruyen el paso de la gente nueva, ellos y junto a ellos los técnicos que no son capaces de arriesgarse a confiar en gente joven aunque mirándolo bien...¿por qué iban a hacerlo si se está trabajando tan mal en la cantera como ya he dicho?
La Federación tampoco ayuda, con la nueva proliferación de categorías semiprofesionales es más necesario el dinero y, por tanto, el sistema del que he hablado se reproduce con mucha más celeridad. ¿De que nos sirve tener tres ligas LEB si el nivel de las dos últimas ha decaído tanto y el desgaste económico para los clubes es tan brutal? No sería más normal que tras la LEB hubiera una LEB2 con conferencias que implicara una menor exigencia monetaria y, por lo tanto, una menor presión para trabajar? Hay que acabar con la "sobremercantilización" de estas categorías e imponer medidas para que los jóvenes puedan evolucionar como bien se hiciera en la liga EBA años atrás con las fichas sub-22, porque uno de los problemas del basket español es que los jugadores de "clase media" van en descenso (solo tenemos estrellas o "palmeros").
En fin, mirad algún partido de promoción algún sábado por la mañana y entenderéis a que me refiero. Tengo pocas esperanzas en que una empresa como la FEB evolucione pero quiero creer que para que nuestro basket no caiga en ninguna debacle aún estamos a tiempo de arreglar el trabajo desde abajo. Si esto no sucede pronostico una debacle a medio-largo plazo que espero que no llegue jamás a producirse aunque ya se sabe, ningún imperio es eterno.

10.10.07

La fe mueve montañas


Así como hace un tiempo criticaba duramente a Pepu Hernández por sus decisiones en el Europeo masculino, ése en el que nos autodenominamos vencedores pese a caer derrotados con estrépito en la gran final, no puedo hacer más que quitarme el sombrero ante el papel de la selección española femenina en el Europeo de Ortona en Italia, donde han obtenido el mismo resultado que los chicos (y perdiendo también frente a Rusia) pero con un sabor del metal exponencialmente distinto.
El equipo de Evaristo Pérez (debutante al frente de un bloque con una columna vertebral inamovible y con la notable ausencia de Marta Fdez.) no ha sido el paradigma del buen juego, es más, en alguna ocasión tuve que dejar de mirar Teledeporte por la precipitación y locura en la que a veces se sumía el cuadro español, pero ha sido un modélico ejemplo de corazón, garra y brega, de voluntad y de fe.

No tenemos a jugadoras grandes y aún así hemos sido uno de los conjuntos más reboteadores y que mejor defensa hemos realizado. No eramos las mejores técnicamente pero esa intensidad que ha caracterizado al equipo ha compensado en muchos casos la falta de recursos técnicos. A nivel táctico el equipo de Evaristo tampoco ha sido la panacea pero todas las jugadoras conocían su rol y eso les ha dado muchas ventajas en la mayoría de los casos. Muy pocas veces he visto equipos con tanta agresividad, tanta voluntad, elementos que se han apreciado más claramente en Amaya Valdemoro, la gran estrella del equipo, esa jugadora capaz de ver un partido perdido frente a un equipo muy superior y dejarse absolutamente el alma y la piel pese a que el objetivo parecía lejano, y acabo no siéndolo tanto.

Merecido homenaje para un cuadro que luchó contra sus rivales y sus limitaciones básicamente a base de fe, la misma que, dicen, mueve montañas.

20.9.07

ROCK AND ROLL VIDEOS (Inclusive rarezas!)

Pues después de patearme youtube y de ver vídeos y vídeos os paso algo de material de primera comentado por el menda, eso sí, pura dinamita y algunas rarezas!

-J.J. CALE & LEON RUSSELL: Tremenda grabación exclusiva de mr.Cale en los '70 acompañado por otro purista de la música de la América profunda, Leon Russell, en una versión de Goin' Down. Boogie y ritmo para no parar los pies!

-THE WHO: Imagínense a una de las grandes bandas del rock de los '60 y '70 borrachos e improvisando una versión del clásico de los Beach Boys Barbara Ann, impagable, y si además Pete Townsend está desesperado para hacer solos a lo Chuck Berry pues más razón aún para ver esta joya

-MUDDY WATERS: La enorme leyenda del blues en su último show grabado en vídeo acompañado por una impresionante cohorte de estrellas del blues: Johnny Winter y Mike Bloomfield a las guitarras, Dr.John y Pinetop Perkins al piano, Junior Wells a la harmónica, Buddy Miles a la batería y Willie Dixon y Koko Taylor a los coros. En esta impresionante versión del Got My Mojo Workin' hasta el bueno de Morganfield se marca un bailoteo pese a su avanzada edad y es que ¿quien puede no moverse ante tamaño espectáculo?

-BILLY PRESTON: El mayor teclista hammond de la historia con uno de sus éxitos en clave funky, Nothing from Nothing sin playback y en directo en 1975

-PRIMAL SCREAM: El videoclip del mayor éxito de esta banda inglesa de principios de los '90, puro rock and roll en plena época del acid house: Movin' On Up del disco Screamadelica

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MERMELADA: Una de las pocas bandas decentes de rhytm'n'blues de la historia de España con un éxito del 1979, Coge el tren, en el programa Aplauso, en riguroso playback, como no!

-DEBBIE DAVIES: ¿Una guitarrista entradita en años pegándose un solo de dos pares de narices en un blues? No parece demasiado creíble pero así es y más si se tiene en cuenta que esta pájara se ha movido con los hermanos Vaughan y con Albert Collins. Love The Game, simplemente eso.

-POPA CHUBBY: Arlita, un temazo de este orondo y espectacular guitarrista al que espero ver en breve en directo, sin desperdicio alguno

-IGGY POP: Acompañado por los potentes Stooges en una actuación mítica de 1977 en el Apollo de Manchester que haría germinar años más tarde la explosión musical de Madchester en los '80. Espero que la pasma no le hiciera ningún tipo de control a Iggy esa noche. The Passenger

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ELECTRIC FLAG: Wine, una de sus mejores canciones en vivo para lo que parece un grupo de hippies bastante colocados de alguna universidad yanki. Una banda menospreciada con Bloomfield, Miles y el gran Nick Gravenites

-WILSON PICKETT: La quebrada voz de Pickett vuelve loca a la muchedumbre en un concierto en Africa en los '70 (en el concierto Soul To Soul) con su Midnight Hour

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CHUCK BERRY: Acompañado por una banda de lujo (Richards, Cray y el hijo de John Lennon) interpretando el rock and roll por excelencia Johnny B. Goode. Cuando Berry se marca la pata coja el estadio se hunde literalmente!

-BERRY y SPRINGSTEEN: Otra para cerrar del bueno de Chuck, esta vez acompañando a Springsteen y su banda (o al inrevés) con otra nueva versión de su clásico total.