23.10.07

¿INDICIOS PARA LA DEBACLE?

Que el baloncesto español esta de moda, en auge, es un hecho absoluto: la selección asumiendo cotas de popularidad inusuales, con 5 jugadores en la NBA, con unos resultados en categorías inferiores que año tras año nos respaldan como una de las mejores canteras de Europa, con la aparición de unos nuevos ídolos teenagers como el asombroso Ricky Rubio o el espigado Claver, con una medalla de plata en el femenino que nos ha sabido a oro...pero, mi pregunta es ¿aguantará un pequeño país como España este ritmo endiablado baloncestísticamente hablando? Hay una serie de indicios que voy detectando en el baloncesto de base en mi trabajo diario que parece que pueden ser claros indicios de una posible debacle: no, no soy Rappel pero el Imperio Persa y el Asirio cayeron estando en su máxima expresión de poder...

Para empezar comencemos por el niño que sale de la escuela y se va a jugar a baloncesto a un club o a un colegio: cada vez detecto menos ilusión y hambre en estos chavales. Están obsesionados con las tonterías espectaculares made in NBA (sí, esas que perpetran los jugadores a los que el Resto del Mundo les moja la oreja en competiciones internacionales) más que en ser resolutivos y evolucionar. Esto no es nuevo, yo de chaval siempre quería hacer tonterías con el balón en las manos pero con una única diferencia, a mí no me lo permitían y por esa variable tuve que aprender a hacer otras cosas a la vez que en mis horas extras experimentaba con las filigranas prohibidas que tanta satisfacción me producían. Hay poca devoción y poco amor al arte, los muchachos juegan como una opción extraescolar y saludable más que por verdadero fervor baloncestista. Hoy en día el problema tiene bastantes variables, por un lado entrenadores pobremente preparados que no se ganan a los chavales y a los que solo les importa ganar el sábado para su propia satisfacción dejando de lado malos comportamientos de los mejores jugadores, olvidando el indispensable trabajo de técnica individual (bajo el lema de "no queremos robots"), y relegando y sumiendo en el aburrimiento a los menos aptos al papel de "palmeros" (un daño colateral brutal ya que de esta clase acostumbran a salir los que realmente mueven el cotarro: delegados, entrenadores, árbitros...).
Por otro lado están los padres, la misma generación de padres en la cual hay energúmenos capaces de agredir a los educadores de sus hijos para defender sus intereses sean lícitos o no, los mismos que reprenden a los entrenadores por darles una bronca a sus chavales, los mismos que impiden que un jugador entrene más horas porque "después está muy cansado", los mismos que apuntan a sus engendros a este deporte para sacarse faena de encima (es decir, en plan "guardería") y que aún depués exigen minutos a mansalva aún a sabiendas de que la educación de estos deja mucho que desear.
Éstos son detalles que aprecio semana a semana y que van unidos al hecho de que el nivel de juego sea muy inferior al de hace 5 años, por decir algo, y eso que físicamente cada vez hay jugadores mejor dotados para la práctica de este deporte. Jugadores, padres, entrenadores... ¿hay alguién más implicado en todo esto? Naturalmente, los clubes!
Cada vez proliferan más los clubes de nivel amateur que pretenden darle un halo de profesionalidad a su día a día por la mayor inversión de particulares en estas entidades. Cada vez se descuida más el trabajar bien la cantera y se entra en terrenos mucho más pantanosos como son el fichaje de jugadores de otros clubes para incluirlos en proyectos ambiciosos a la par que irrealizables, proyectos que generalmente enfrentan al gran operativo de búsqueda y trabajo de jugadores en categorías inferiores con la política de sus equipos seniors en que unos cuantos jugadores generalmente que no han sido formados por los propios clubes obstruyen el paso de la gente nueva, ellos y junto a ellos los técnicos que no son capaces de arriesgarse a confiar en gente joven aunque mirándolo bien...¿por qué iban a hacerlo si se está trabajando tan mal en la cantera como ya he dicho?
La Federación tampoco ayuda, con la nueva proliferación de categorías semiprofesionales es más necesario el dinero y, por tanto, el sistema del que he hablado se reproduce con mucha más celeridad. ¿De que nos sirve tener tres ligas LEB si el nivel de las dos últimas ha decaído tanto y el desgaste económico para los clubes es tan brutal? No sería más normal que tras la LEB hubiera una LEB2 con conferencias que implicara una menor exigencia monetaria y, por lo tanto, una menor presión para trabajar? Hay que acabar con la "sobremercantilización" de estas categorías e imponer medidas para que los jóvenes puedan evolucionar como bien se hiciera en la liga EBA años atrás con las fichas sub-22, porque uno de los problemas del basket español es que los jugadores de "clase media" van en descenso (solo tenemos estrellas o "palmeros").
En fin, mirad algún partido de promoción algún sábado por la mañana y entenderéis a que me refiero. Tengo pocas esperanzas en que una empresa como la FEB evolucione pero quiero creer que para que nuestro basket no caiga en ninguna debacle aún estamos a tiempo de arreglar el trabajo desde abajo. Si esto no sucede pronostico una debacle a medio-largo plazo que espero que no llegue jamás a producirse aunque ya se sabe, ningún imperio es eterno.

10.10.07

La fe mueve montañas


Así como hace un tiempo criticaba duramente a Pepu Hernández por sus decisiones en el Europeo masculino, ése en el que nos autodenominamos vencedores pese a caer derrotados con estrépito en la gran final, no puedo hacer más que quitarme el sombrero ante el papel de la selección española femenina en el Europeo de Ortona en Italia, donde han obtenido el mismo resultado que los chicos (y perdiendo también frente a Rusia) pero con un sabor del metal exponencialmente distinto.
El equipo de Evaristo Pérez (debutante al frente de un bloque con una columna vertebral inamovible y con la notable ausencia de Marta Fdez.) no ha sido el paradigma del buen juego, es más, en alguna ocasión tuve que dejar de mirar Teledeporte por la precipitación y locura en la que a veces se sumía el cuadro español, pero ha sido un modélico ejemplo de corazón, garra y brega, de voluntad y de fe.

No tenemos a jugadoras grandes y aún así hemos sido uno de los conjuntos más reboteadores y que mejor defensa hemos realizado. No eramos las mejores técnicamente pero esa intensidad que ha caracterizado al equipo ha compensado en muchos casos la falta de recursos técnicos. A nivel táctico el equipo de Evaristo tampoco ha sido la panacea pero todas las jugadoras conocían su rol y eso les ha dado muchas ventajas en la mayoría de los casos. Muy pocas veces he visto equipos con tanta agresividad, tanta voluntad, elementos que se han apreciado más claramente en Amaya Valdemoro, la gran estrella del equipo, esa jugadora capaz de ver un partido perdido frente a un equipo muy superior y dejarse absolutamente el alma y la piel pese a que el objetivo parecía lejano, y acabo no siéndolo tanto.

Merecido homenaje para un cuadro que luchó contra sus rivales y sus limitaciones básicamente a base de fe, la misma que, dicen, mueve montañas.