20.8.07

EL FIN DE ALICE


El dia que decidí emprender la lectura de El fin de Alice de la estadounidense A.H. Homes ciertamente esperaba encontrar un libro duro y morboso pero la realidad ha sido mucho más cruda de lo que yo creía. Jamás había encontrado hasta el momento un libro o película (a excepción de El secreto de la Veneno) capaz de revolverme tanto las tripas y de transportarme a un mundo de perversión y destrucción tan abominable.
El argumento es simple (aunque no la manera como está desarrollado), una chica anónima atraída por un niño se comienza a cartear con un reconocido pederasta y asesino que lleva 23 años en el presidio-anónimo también- para explicarle sus deseos, sus motivaciones y sus evoluciones en la conquista del zagal de 12 años. El narrador no es otro que el tal pederasta (al que en un momento un familiar de visita lo reconoce con el sobrenombre de Chappy) que mezcla de manera confusa, pero genial, los sucesos propios de la vida carcelaria cotidiana en el ala de criminales sexuales en el que está hacinado, la correspondencia de la muchacha y su representación imaginaria y plagada de detalles de los sucesos que ella le cuenta de manera escueta y concisa, y sus recuerdos pasados y borrosos.
Lo realmente jodido son las escabrosas descripciones de Chappy, desde las relaciones sexuales entre los presos a la manera en como seducía y atraía hacia sí a sus víctimas infantiles pasando por una dura crítica al american way of life (veáse sueño americano) y a la propia moralidad del lector poniéndola en contraposición con la suya propia, al sistema de prisiones y de reinserción de los presos o lo que se desprende de casi todo ello: el porqué de su inclinación por cándidas niñitas . El pedófilo llega al summum de sus elucubraciones cuando rememora su relación con su última víctima, Alice, tan cercana al amor y tan tierna que por un momento el lector olvida su aversión ante tan despreciable ser y empatiza con él, y ahí es donde reside uno de los puntos fuertes de la novela: los abominables sucesos que vamos descubriendo son opuestos pero inherentes a los sentimientos del pederasta, una relación tan destructiva pero inevitable para el protagonista que culmina con un final abrupto y durísimo pero sensacional.
En definitiva, un libro no apto para todos los estómagos pero súmamente interesante a nivel literario y argumental. Una recomendación para no todos los públicos.

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